jueves, 23 de junio de 2011

Dormir

munch

Hay que dejar que la modorra se alce en su trono; no me engañes lector, tu también has abierto los ojos de madrugada y maldijiste el tiempo, tu también te sentiste enfermo al desear un sueño perpetuo. ¿Es eso la muerte? No, en la muerte no se sueña, se pone un velo negro en los ojos del alma y solo se está quieto. Yo, puedo estar enfermo, hoy desperté y no quise despertar, abrí los ojos y busqué los pasos en mi cuarto pero, todo se veía lejano y la recurrencia me indicó el camino, volví al sueño pero mis ensueños son otra historia. ¡yo no quiero despertar! ¡Yo quiero dormir por siempre! Y decirle adiós a la razón emputecida, dormir para estar con mi amada que me ama más de lo que yo a ella, para ser el poeta universal que fuma del mismo cigarro con Vallejo ¡Así quien no quiere vivir soñando! Montaría mi corcel apocalíptico, y al temblor de su paso se escucharía el bramido furioso de un par de revólveres endiablados, un par de manos nudosas moldeando la libertad con plomo ¡Ay Guido! Te ves con esa sonrisa pícara, sucio, cansado, y por fin feliz. ¿Te esperaría esa mujer con su vestido blanco traslucido bajo el agua? ¿Saltarías tu por ella y encontrarías esas cuatro piedritas de colores dentro de un clavel? El barco no te esperó y volviste nadando a la orilla, al llegar, estabas de nuevo solo, caminaste, encendiste un cigarrillo y te metiste por las laberínticas callejuelas atormentadas por una luz fatua, los postes brillaban porque tenían que brillar, tus pies se movían por la inercia de la existencia. Viste una anciana tejiendo, y al doblar la calle estaba de nuevo la orilla, entendiste el secreto de la noche tejedora, despertaste, entonces el día no parecía tan malo, hombre, estabas soñando de nuevo el día.

viernes, 17 de junio de 2011

3am

Munche. He encarnado demasiadas veces esta pintura

Al fin y al cabo, nuestra existencia se reduce a lo que creemos ser. Unos creen ser médicos, estudian la carrera de medicina y ejercen, otros se han convencido de ser autoridad y se vuelven policías o militares para joder. Las personas, también vienen a ser un invento nuestro, por consiguiente nosotros un invento de ellas, dicho todo esto, y poniéndome en una encrucijada existencial que me lleva a escribir a las 3 am me pregunto: ¿Qué soy realmente? ¿Soy poeta? ¿Revolucionario? ¿Músico? ¿Político? Dicen que el que no vive para servir, no sirve para vivir durante toda mi vida he vivido evadiendo siempre las responsabilidades más grandes, es extraño como acabe el colegio, me dedicaba a agitar gente, molestar profesores, escribir versos (a veces una que otra chica) leer, leer, leer, seguir molestando gente, esa fue mi etapa escolar. Tardes de ajedrez, naipes, noches frívolas con los amigos, conversaciones trascendentales de madrugada por el msn, poesía; la causa social siempre estuvo presente, pensé que había madurado la idea al creer que la existencia del hombre siempre es circular, siempre una vuelta a lo mismo, dictaduras que acaban aboliéndose, revoluciones que terminan en corrupción, siempre la pobreza, siempre el muerto de hambre escarbando en los muladares de por mi escuela, siempre la anciana que vendía canchita a las puertas de un Mc Donald en megaplaza, el siempre mirar por la ventanilla de la combi y ver la miseria inminente, contemplar la ciudad, los puentes, los autos, ¡tanta gente! Parecía imposible, era mejor desistir de cualquier idea de cambio, era mucho más cómodo y más tuyo irte a París, vivir como Horacio con la maga (tengo mis dudas de que mi maga hubiese aceptado venir a París conmigo, pero ¿vienes?) La literatura configuraba tu propia realidad, pero no Guido, no vivías en macondo, tampoco eras una imagen de la invención de Morel, no eras un inmortal de Borges, no residías en el parque de la recoleta, no había un barco que te esperaba en el mar con las luces encendidas, había consumo, progreso, acumulación de bienes, pobreza, hambre, había REALIDAD ya no podías seguir negándola, ya no podías rechazar lo que esa profesora te decía de despertar conciencia, ¿Qué pasó? De todas formas irás a París (de nuevo, ¿vienes?), pero ahora está el Perú tangible como siempre estuvo, y un desanimo espantoso.

Pero al fin y al cabo ¿Qué eres? Sabes que como poeta no podrás transformar mucho o quizá si, miras a Vallejo con admiración, que no darías por haber conversado con él, pero la causa, las letras, si quieres cambiar algo es inevitable involucrase en política, y a veces quieres pero ¿lo quieres en su totalidad? ¿no deberías más motivación?

Ayer me dijo, “sólo quedará en palabras” No mujer, no sólo quedará en palabras, aunque me gustaría que sí, es tan fácil cambiar el mundo desde un sillón, pero no sé, no veo a mi gente, ése es el problema, necesito volver pronto. Aunque esté desmotivado hay algo cierto, nunca (por mi bien) dejaré de escribir.