Ojos

Goya

Reverencias astrales
y magnifico recorrido laberintico de ojos desentendidos
bellos y desentendidos

mis ojos son preciosos, lo digo yo,
como dos fantasías de vidrio

hermosos,

como la muerte crepuscular que me cubre,

creía
leer miradas, hasta que cambie mi lenguaje,

ser
otro vocablo, otro universo, otra perilla que se gira

hasta que enmudecí la vida

¿quien enmudece a los 16 años?

Quien descubre lo que se guardaba aquel cofrecito corsevelludo
bajo el arco iris
en la casa de los jazmines y el aroma a ropa limpia
quien descubre el mundo entre las sabanas
y lo pierde en ellas.

la ventana está enrejada
siempre lo estuvo
pero dejará de estarlo
cuando el canto mi luna derrita el hierro

y escaparé,
como rey a miles de peones
como angel exiliado en el inframundo
me iré
con mis ojitos
que aun brillan
cuando escribo.

quiero llorar pero puedo escribir
quiero estremecerme en mi catre
quiero protagonizar otra escena
quiero ser otro, y no quiero ser ninguno,
quiero desaparecer sin dejar de estar
quiero volar a marte dentro de casa
quiero fumar
quiero beber
quiero aquel sexo desenfrenado (el que imaginaba antes de dormirme)
quiero partir narices y romper extremidades
quiero olvidar la razón y el miedo
quiero dejar de ser humano
quiero dejar de querer
quiero amar
quiero que me ame
quiero mi vida
quiero mi muerte
quiero mi tanatos y quiero mi eros bebiendo de una taza de café
quiero pescaditos de colores en mi cabeza
quiero una cruz que cargar
quiero no tener que cargar esta cruz
quiero querer ser
quiero no dejar de mover las manos
quiero no querer tanto

escribiré otra carta a Santa Claus.

No pararé
no, ahora que el cuerpo lo pide
ahora que los sentidos despiertan
ahora que la mente sigue su movimiento felino
mirando tímida y cuidadosa,
cuidadosa y temeraria
caminando por los techos
donde los poetas leen sus vidas en las estrellas

avanza y escucha
las melodías nocturnas
la sinfonía arcana indescifrable
el tiempo que recorre las habitaciones

mente insomne

pétalo de rosa de cristal
a veces te cuido, pero caerás,
no nací para cuidarte
nací para romperte
nací, cuando murieron muchos pájaros
y nació mucha gente.