domingo, 13 de marzo de 2011

Cuesta baja

Lenín Díaz

Aquietamiento dulce de mis ojos,
el sutil nacimiento de una parsimonia desesperante…
ya era hora, he caminado demasiado...

Camino sin palabras...
ya que se me han agotado las ideas vuelvo al comienzo.

Enciendo un cigarrillo
como la idea más pronta
caminar,
así empezó todo, y así seguirá todo,
mientras dure esto
seguiré la ruta descendiente del asfalto
sin pensar en que la sigo,
y pienso:
¿En que pienso?

La vida es un sonido

y la calle sigue cuesta abajo
el camino: un sendero sibilante
la palabra: un conjunto
la palabra que espero:
un conjunto único.

Meto mis manos en los bolsillos,
ojalá pudiera viajar en mis bolsillos
y saberme andar,
arrullado, invisible
sordo,
es que no entienden,
de verdad que nadie entiende
enciendo otro cigarrillo,
y no lo entienden
sigo caminando y tampoco la entienden
pero que es lo que hay que entender...

Vuelo, aunque estoy caminando vuelo
también se puede volar al ras del suelo,
también se puede ser humo y seguir volando,
es cuestión de conceptos,
cuestión de querer ser algo,
aunque no sepamos realmente,
los somos
y aunque no entiendan
lo seguiremos siendo,

Nos trasformamos en el declive perpetuo del camino,
en el silbido gris que se apaga consciente de que nació.

Caminar sobre el silbido,
sendero lánguido entre la brecha del silencio
Y los sonidos sin identidad
silbo para reconocerme
silbo porque no sé aullar,
silbo para encontrarte,
(aunque de mi silbido te desprendas
y así existas).

La soledad se anuncia con su silbido

y se abre en el espacio
creando guaridas para los poetas
y musas sombrías para la creación

Ojos que tiemblan,
la soledad yace en nuestras lejanías oculares...



Pd: ¿Lo sentiste?

1 comentario:

  1. Sentí la soledad y ese sentimiento que comparto a veces de querer meterme en un bolsillo y sencillamente mirar cómo pasa el torbellino de la vida. La sensación de incomprensión, de sentirse solo con los pensamientos, de dejarse llevar por la cuesta abajo...

    Pero hay que ser fuertes y aprender a levantar la mirada y aprender a volar mucho más alto del ras del suelo, y coger las riendas de nuestro caminar, ya sea cuesta abajo o cuesta arriba, por el humo, la niebla o el sol...

    Un beso!


    P.D. Me gusta mucho la expresividad del dibujo.

    ResponderEliminar