sábado, 19 de febrero de 2011

Yo solo

yo

Esperanzarse en la gente es la ficción más patética y triste que pueda crearse el hombre, pero jodidamente necesaria.

He llegado a la conclusión que para el tipo de persona que no encaja en la sociedad existen dos senderos, uno más honroso que el otro (aunque menos llevadero). Denominaré a los que no encajamos como “extranjeros” (a pesar de que ya Camus me haya ganado la idea). El extranjero tiene la opción de fingir una adaptación al hábitat o ser verdaderamente extranjero en tierras desconocidas, en mi caso, no podría soportar lo primero, mi paranoia ocasional y mi egocentrismo medido no me dejarían, lo segundo es mi caso, soy extranjero, a veces feliz de serlo, a veces reniego de ello, pero soy extranjero y me muevo solo por parajes desconocidos, soledad… ¿podrá hacer compañía un extranjero a otro? Pensaba que sí, pero ya no lo sé, así es como se derriban ficciones, el impacto encefálico contra filuda roca realidad.

El problema (mi problema) es que llevo tanto tiempo solo (me refiero a lo de la incomprensión) , divagando en ojos y pensamientos en los que la mayoría no ha reparado aún, tanto tiempo con los fantasmas que la gente jamás ha visto y tilda de engreimiento y niñerias, que encontrar otro extranjero da gusto y hasta emociona, en ese entonces, la oscuridad me reveló cosas que la luz no hacia, desde muy chico me di cuenta del circulo vicioso del que consistía la vida, un circulo cuya única salida es la muerte, el absurdo total, pero los demás no lo notaban, no se percataban y hasta hoy en día no se percatan de ello, solo siguen la línea recta que les ha trazado la sociedad y les han dicho que deben seguir, por eso los subestimaba tanto, por eso era el extranjero con aires de superioridad, por eso fui exiliado del país que no era el mío, por saber algo que ellos no sabían, o simplemente no querían saber, o no tenían la facultad de ver, no lo sé, fui tonto al darme cuenta de ello tan joven. Son cosas como estas las que sabe un extranjero, y las lleva consigo en su peregrinaje a través de los médanos del alma. Aunque se niegue por egocentrismo y autosuficiencia (lo cual es completamente comprensible en un artista), lo que más desea el extranjero, es compañía, una compañía mitad ficción, mitad humano, tal vez un poco más de ficción, ya de ello se encarga la creatividad (suena vivo de Cerati y voy por mi tercer vaso de pisco), pero inevitablemente la persona a la que se ha aferrado el artista es otro extranjero, también humano, en la realidad sin ficción, un humano que siente deseos de humano, humano que tiene sus prioridades, jodidamente humano… mierda, también soy humano, y mi esperanza se ha tornado martirio pero ya no, ya no tengo esperanza.

El extranjero debe seguir solo, es lo más saludable, dos cosas que no conoceré, el verdadero amor y la verdadera amistad, no sé si los “otros” la conocerán realmente me da un poco de curiosidad, y a veces envidia, pero de aquí en adelante yo sigo solo, como siempre lo he estado, sin esperanza en nadie, sin refugio en nadie, yo solo, en la balsa con aguacero de mis versos.

2 comentarios:

  1. Si te empeñas en seguir solo es probable que lo logres, aunque no creo que sea tan malo, ay mi querido, Guido, recuerda lo que decía nuestra querida A.P.: "La soledad no es estar parada en el muelle, a la madrugada,
    mirando el agua con avidez. La soledad es no poder decirla por no
    poder circundarla por no poder darle un rostro por no poder hacerla
    sinónimo de un paisaje. La soledad sería esta melodía rota de mis frases"

    Y aunque pienses que yo soy una narcicista empedernida y que no me preocupo por ti, igual te digo que me tienes contigo, aún si piensas que es trillado y estúpido.

    PD: tu broma fue terrible, pero entiendo el por qué.

    Un abrazo,

    K-M-

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  2. Yo opino que por encima de ser extranjero o no, eres humano, y por ello mereces lo mismo que cualquier otra persona. Mereces conocer el amor y la amistad verdadera, pero si te cierras a eso y te aferras a la idea de que siempre estarás solo, siempre lo estarás; sin embargo, si confías en que seguro que hay gente (no importa que sea extranjera o no, la esencia del ser humano es la misma) que te puede comprender y acompañar al menos en una parte de tu camino, te abrirás a ello y te sentirás un poco menos solo.

    Por supuesto esta es sólo mi humilde opinión, no tiene por qué ser más válida que la tuya.

    Ahora mismo no estás sólo, habemos quienes leemos tus palabras e intentamos comprender...

    Un abrazo muy fuerte.

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