sábado, 17 de julio de 2010

El viejo que soñò

Pintura de Munch

Ocupa al tiempo y grita incesante para reconcer su existencia
y vuelve cojeando para hacerme saber aun esta aqui
los sueños duermen blancos en su cabeza
nacieron negros pero el tiempo los emblanco
se fueron al llamado del viento
ya no vuelven...
seran de otros...
renaceran en cuevas de venas palpitantes
tan vivas
tan rojas
tan pervertidas
se mueven grotescas trepando por los muslos
hasta llegar a su garganta
abriran un hoyo en ella
pero no entraran
se iran por el olor que despide la soledad
cogeran lo que queda de carne arrugada para saborear sus fluidos
y despezarla lentamente

Ahora soy yo el que no quiere escapar del laberinto
al igual que un anciano que no le rehuye a la muerte
y juega con muñecos de plastico
con algo escondido en la mirada
la evidencia traviesa que lo delataba que
habia soñado soñar
el día que vería ver
soñò ver
trapecistas cayendo del firmamento
soltando la serpentina negra de un alma insólita
cayendo, y reventando el asfalto
tiñéndolo de arcoíris
soñò...
sangre colorida, congregando con sacrificio para formar uno solo
el color mas hermoso
soño...
la raza de mis palabras
la tinta que no se oye
la voz enjaulada que fuerza un cerrojo
y clama por una copa de irrealidad
o tal vez, si no fuera grande el esfuerzo
sentarse en la mesa de los que pasan desapercibidos
seria mucho pedir?

PD: La realidad en exceso puede ser adictiva

No hay comentarios:

Publicar un comentario