miércoles, 4 de agosto de 2010

Muerto Yo

Edgar Ende

Me rendí, a tirar piedras a la alcancía del alma
en la noche de algún pasado
yo ardía con la danza de tus pupilas
cuando mi nariz parloteaba con la fragancia de los hedores
un cadáver rendido, se arropaba de amarillo
mis manos debatían sobre la genealogía de la vida conmigo
pero tu seguías ahí
alucine
tus dedos bisturís
dibujando, tu sombra en mi piel
tu silueta
tan bien imaginada
yo vi y no recibí bofetada alguna
como antes lo hubieras hecho
solo deslizabas tus dedos en mi
y el tacto no se daba a vasto

Escuche la muerte felina
era extraño debía ser ella
la que me trajo a estar sobre mi cama
pero lanzaste otra piedra
y se fue enojada
mirándome de reojo y susurrando venganza a sus cabellos

no hay tiempo
ya no tenia piedrecillas que lanzar

ten cuidado que tus lagrimas pueden mermar el cuero
y mi sangre mulata ensuciarlas

¿puede morir una imagen?
no, creo que no...
mientras haya piedrecillas que lanzar
y una correa que sujeta la muerte
que ha olvidado ya sus años
pues su reloj es perpetuo
y el mío se canso de esperarme.

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